Capítulo 1.

Desde la perspectiva de Katniss.
Prim, mi querida hija, con el pelo negro característico de la Veta y esos ojos azules de su padre, corriendo en una arena igual que en la que ellos estaban la primera vez.
Corre de un peligro que en la pantalla de su pequeño televisor Katniss no logra ver, pero sabe el miedo que tiene que pasar su hija.
Lo que más le duele es que ha luchado tanto, tanto y nada ha servido. Los juegos siguen, y como venganza por todo lo que ella hizo este año están sus dos hijos.
Prim llega a la cornucopia, coge una espada y se enfrenta al peligro que la perseguía. En ese momento Katniss se da cuenta de porqué esta corriendo Prim. GLIMMER, con su care desfigurada y llena de aguijones persigue a Prim con un mazo.
Narrador.-
Katniss se despierta gritando, pero el susto no dura mucho ya que pronto encuentra a Peeta a su lado.
Este tiempo que llevan juntos, ella no podía haberlo imaginado mejor aunque hay algo que sigue ahí, las pesadillas nunca se han ido, da igual el paso de los años, o la derrota al Capitolio. Ellas están ahí como un recordatorio de todo lo que podría haber pasado y de lo que pasó. Aunque la presencia de Peeta alivia mucho eso.

Cuando por fín logra tranquilizarse le cuenta la pesadilla y van juntos al cuarto de sus hijos a verlos dormir.
Eso no les tranquiliza mucho, en el momento en el que despiertan saben que ellos están a salvo, pero no pueden evitarlo. Tienen que asegurarse, les protegerían con sus vidas si pudieran y de hecho, eso hicieron durante la Guerra, porque si lo hicieron, fue para darles un futuro mejor.
Primero van al cuarto de Prim, dentro de nada cumple 14 años y todavía no saben que regalarle. Se está haciendo mayor muy rápido, pero almenos ellos no viven en angustia por La Cosecha como hicieron sus padres, se parece tanto a Katniss... incluso lleva esa característica trenza que haría que las dos pareciesen exactamente iguales a su edad si no fuera por esos ojos. Esos ojos azules que cada vez que ella los mira se siente tan orgullosa de la vida que tienes, de sus hijos y de su marido.
Luego mira los ojos de Peeta, que son exactamente iguales, y puede perderse en ellos toda la vida. Cada día tiene más claro que está es la elección que debió tomar.
Luego van al cuarto del pequeño Finnick, todavía tiene 10 años y si fuera por Peeta, no crecería nunca y ella sabe que ese miedo irracional que ambos tienen no tiene sentido, pero no es su culpa.
Las cosas han cambiado mucho en estos 20 años, no sólo a nivel de vida, si no también todo Panem.
Paylor está haciendo un gran trabajo.
Katniss y Peeta van juntos a la cocina y se preparan un té de especias como los que hacía la madre de Katniss. Hace 10 años que no la ve, pero no la culpa. Cuando se enteró de que el nombre de su hija iba a ser Primrose, empezó a llorar, si supiera que son tan diferentes...
-Odio estas pesadillas, pensaba que algún día se irían, pero veo que no es así.
-Tienes razón, me pasa lo mismo.
-¿Tú también sigues teniendo pesadillas?
-Sí.
-No se como sigo sin notarlo después de tantos años.
-Es la de siempre, pero ahora tengo miedo de perder a otra persona. Dos personitas que me han llenado el alma, y creo que mi vida no puede ser más perfecta.
Katniss se queda pensativa. Ya no sueña con ella , esque... ¿Ya no la quiere? Como si Peeta le leyera los pensamientos la coge por las muñecas y la acerca a él.
-Te sigo queriendo, más que el primer día. Cada día me enamoras más con tu sonrisa, con tu voz, y con tu simple presencia en mi vida. Pero sé que a tí ya no te voy a perder, ese 'Real' que significó tanto en mi vida nunca cambiará.
Peeta es el que no ha cambiado, sus palabras siguen siendo tan dulces y tan románticas... Cada día le recuerdan porqué le ama tanto. Katniss le da un beso en los labios, de esos que le despiertan sentimientos del pasado a ambos y juntos, Katniss con sus piernas encima de Peeta como en la primera entrevista, se sientan en el sofá para ver la tele un rato. Queda poco para el amanecer, y sabe que después de esta pesadilla va a ser muy difícil conciliar el sueño. Y el bueno de Peeta siempre se queda con ella.
-Todavía no sé que regalarle a Prim por su cumpleaños -comenta Peeta - y cada vez queda menos.
- Yo tengo una vaga idea, pero no sé...
-No nos podemos quejar de dinero y aun así...
Y era verdad, unas leyes dictadas por Paylor les dan a cada rebelde de la guerra un salario al mes dependiendo de lo importante que fue. Pero Panem es totalmente diferente a como lo era antes, ya nadie muere de hambre. Sigue habiendo distritos, pero la gente puede viajar de uno a otro con total libertad. Y ya parece que vuelvan al año 2020, todo es tan moderno ahora... La familia Mellark vive en el Distrito 1, querían estar cerca de sus familiares aunque a algunos apenas los ven.
-Seguramente acabemos regalándole unos vestidos y quien sabe que más... -repite Peeta- iré a dar una vuelta con ella mañana a ver si le gusta algo en especial.
Pero Katniss ya sabe lo que va a regalarle y espera que eso le guste tanto como a ella.
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Cuando dieron las 8 Katniss se había quedado dormida en un fuerte abrazo de Peeta, y este con mucho cuidado de no despertarla se levantó y fue a la cocina a preparar el desayuno, pronto los niños se iban a despertar.
Peeta preparó cuatro trenzas, dos con azúcar en polvo, dos con coco por encima y dos tazas de frapuccino  ya que con este calor de julio ni a él ni a Katniss les gustaba el café caliente, y dos vasitos de Cola Cao frío.
Cuando todo el mundo termina, deciden lo que van a hacer hoy.
-Tu princesita, te vienes conmigo hoy a dar una vuelta por la ciudad -dije Peeta dándole un pellizquito en la nariz a su hija.
-Ejem.. bueno había algo que quería contaros. Hace unos días estaba buscándo una cosa por casa, y no la encontré. Me dí cuenta de que cuando nos mudamos se me debió de haber olvidado en el  Distrito 12. Había pensado que era buena oportunidad para volver y de paso saludamos a tus padres, Peeta, y vemos al tío Haymitch y a la tía Effie.
Todo ha cambiado tanto, piensa Katniss, quien iba a decir que Haymitch y Effie iban a acabar casándose y viviendo en el Distrito 12 con una granja de gansos... aunque Effie haya perdido mucho de su caracter del capitolio, sigue teniendo esa chispa.
Todos estuvieron de acuerdo en iniciar el viaje el lunes de la semana que viene y volver aquí el lunes de la siguiente, con los nuevos trenes apenas tardaban un día en llegar al Distrito 12 desde aquí.